Fruto de los casi 90 años (se creo en 1925) de connivencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro y otras administraciones con las empresas hidroelectricas, todo ha valido en el Ebro. Sobre todo en el Ebro riojano-alavés y riojano-navarro, debemos recordar que sirve de límite con ambas provincias.
En la cuenca del río teóricamente más caudaloso de España, los caudales se han reducido a la mínima expresión. Apenas hay caudales circulantes por el lecho del río, las uvas de las viñas situadas cerca del cauce y que no se riegan se encuentran convertidas en casi pasas…. ¿y qué hacen las empresas hidroeléctricas? Turbinar, turbinar y turbinar…. Llevan todo el agua a las turbinas dejando los lechos secos después de las presas, hasta que vuelven nuevamente los caudales. Lo hemos comprobado en La Rioja Alta (Haro-Logroño), ya lo comprobaremos de Logroño a Alfaro. El sentido común dice que no se debería turbinar todo el caudal, se debería dejar “el río más caudaloso de España” tranquilo hasta que vuelva a llover, si sucede alguna vez. Sin embargo, eso es imposible ante la avaricia de las empresas hidroelectricas. El impacto sobre los ecosistemas de ribera es brutal, a pesar de tener visones europeos (mamífero europeo en mayor riesgo de extinción después del lince ibérico).
Como no sirve de nada lamentarse, elaboraremos un informe y un escrito que se remitirá a Medio Ambiente de La Rioja y a la CHE.
AMIGOS DE LA TIERRA, LA RIOJA